El día 20 de Noviembre, como cada año desde 1989, se celebra el Día de la Infancia como conmemoración de la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño por la Asamblea de las Naciones Unidas.
Este hito marcó un antes y un después en la concepción de la infancia para la sociedad, generando un punto de inflexión donde los niños, niñas y adolescentes dejaron de verse solamente como objeto de protección para pasar a ser también sujetos de derecho.
Es un tratado internacional que está vivo y en constante evolución y que pone en valor la importancia de proteger a las personas menores, concienciando de que el bienestar que seamos capaces de generar como sociedad en los niños, niñas y adolescentes hoy, influirá de manera directamente proporcional al desarrollo de las comunidades del mañana. Podemos decir que es la gran prioridad y a su vez el gran reto de nuestro siglo.
Está claro que la infancia necesita el apoyo de toda la ciudadanía para vivir y crecer dignamente y, por supuesto, necesita políticas eficaces que salvaguarden y promuevan sus derechos fundamentales, especialmente para los y las que tienen mayores dificultades. Gracias al XIII Informe “El estado de la pobreza. Seguimiento del indicador europeo AROPE de pobreza y exclusión social en España 2008-2022” sabemos que casi la mitad de los menores de edad de Canarias, en concreto un 47,8%, estaban en 2022 en riesgo de pobreza y/o exclusión social, un 15,9% más en comparación con 2015. En total son en torno a 153.500 niños y adolescentes quienes padecen esta situación. Por eso, arriba hablé de reto.
Para la Asociación +Familia y para los y las profesionales que trabajamos con las personas menores, estamos convencidas de que defender «el interés superior del menor», como elemento básico del sistema de protección, es la manera más responsable de mejorar la calidad de vida infantil, teniendo en cuenta sus aspiraciones, deseos y necesidades.
Como trabajadora social y técnica de familia de un Punto de Encuentro Familiar, aprovecho la celebración para invitar a todas las personas adultas a tomar conciencia de nuestro papel como modelos ante los niños y las niñas y también pongo en el centro de la cuestión, la vulnerabilidad de ellos y ellas ante los conflictos.
Podemos decir que este día nos sirve para recordar y promover un desarrollo humano sostenible, para reconocer los derechos de los niños, niñas y adolescentes y recordarnos a nosotras mismas el importante papel que tenemos en la consecución y preservación de éstos, mientras no dejamos de luchar como agentes sociales junto con las familias por conseguir infancias seguras y felices.
«No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana». -Plan de acción de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia-
Beatriz Gallego Chamorro