Esta actividad se ha llevado a cabo en el marco del Proyecto “Servicios Familiares Para La Resolución Alternativa de Conflictos”, un programa financiado con cargo a la Asignación Tributaria del IRPF. El Día Internacional de la Infancia, lejos de ser una mera conmemoración simbólica, se presenta como una oportunidad invaluable para fortalecer los vínculos familiares, reconociendo el papel crucial que desempeña el núcleo familiar en el desarrollo emocional y social de los niños. Este día especial no solo busca recordar la importancia de la niñez, sino también enriquecerla, estableciendo cimientos sólidos para un desarrollo emocional saludable.
Enfocándose en la participación activa de las familias mediante actividades cuidadosamente diseñadas, se busca no solo crear momentos de diversión, sino también proporcionar una plataforma para la comunicación afectiva. La interacción lúdica y colaborativa durante estas actividades no solo propicia un ambiente propicio para el disfrute, sino que también permite a padres e hijos/as compartir experiencias, expresar pensamientos y fortalecer los vínculos emocionales que son fundamentales para un desarrollo equilibrado.
Con el propósito de potenciar la experiencia, se ha diseñado un programa de actividades cuidadosamente seleccionadas para estimular la participación de las familias, creando así momentos significativos y memorables. El evento tiene como objetivo central resaltar las relaciones positivas, contribuyendo así al enriquecimiento de la infancia y estableciendo la base para un crecimiento emocional sólido.
La duración de este taller fue de dos horas y media, durante las cuales participaron 5 familias con niños y niñas de edades comprendidas entre 3 y 8 años. Durante este tiempo, se pudo observar la interacción y el afecto que las progenitoras tenían hacia los menores, fortaleciendo así el vínculo entre ellos. Las actividades fueron diseñadas con el propósito de fomentar los lazos familiares, permitiendo que los niños y las niñas compartieran sus emociones y sentimientos a través de juegos y dinámicas.
Con la finalidad de romper el hielo y generar confianza en el grupo utilizamos la dinámica el «Juego de la sillita». Esta actividad no solo tuvo como objetivo la diversión, sino también cohesionar al grupo y facilitar la presentación de los/las participantes, creando un ambiente propicio para la interacción y el establecimiento de conexiones afectivas.
Siguiendo con este enfoque participativo, la actividad «Petit Chef» extendió la invitación tanto a madres como a hijos/as para colaborar en la elaboración de galletas de bizcocho de jengibre. Este divertido ejercicio no sólo estimuló la creatividad y la cooperación familiar, sino que también brindó a cada participante la oportunidad de expresar su individualidad al construir y decorar las galletas, convirtiéndolas así en un símbolo tangible de la unión familiar.
Además, se llevó a cabo la elaboración de bolitas de colores, donde fueron los propios menores quienes participaron activamente en su creación. Esta actividad no solo puso a prueba su destreza motora fina, sino que también demostró su capacidad de resolución al utilizar únicamente los materiales disponibles en ese momento. La colaboración entre los/las niños/niñas y las madres fue fundamental, estimulando la imaginación de los pequeños con la ayuda de las progenitoras.
Como punto culminante de la jornada, se llevó a cabo el «Mural de los cinco sentidos», una actividad en la cual padres e hijos/as contribuyeron conjuntamente mediante dibujos o escritos que reflejaban su percepción sobre el concepto de infancia y familia. La singularidad de esta actividad radica en prescindir de los sentidos principales, buscando potenciar la comunicación no verbal y fortalecer la conexión emocional entre los miembros de la familia.
Los niños y niñas disfrutaron de una tarde agradable, llena de momentos divertidos. Las madres expresaron su satisfacción por la jornada, ya que pudieron compartir momentos maravillosos con sus hijos e hijas. Con esta actividad, no solo quisimos conmemorar la importancia de la niñez, sino también fortalecer los lazos familiares a través de actividades diseñadas para promover la participación, la comunicación y la diversión conjunta. Este enfoque integral tiene como objetivo principal la creación de recuerdos significativos y la contribución al bienestar emocional y social de los participantes.
La celebración de este día no solo deja una huella positiva en el momento presente, sino que también siembra las semillas para relaciones familiares fuertes y duraderas. Se convierte en un recordatorio anual de la importancia de invertir en el bienestar emocional y social de las generaciones futuras, ya que tanto los niños, las niñas como las familias expresaron su alegría por las actividades realizadas y manifestaron el deseo de tener la oportunidad de realizar más tardes de ocio en las cuales puedan compartir con sus hijos e hijas.
En conclusión, las profesionales que impartimos este taller experimentamos una gran satisfacción al ver cómo se desarrolló el día con las expectativas superadas. La activa participación de los/as menores, así como su entusiasmo por las actividades diseñadas, ha sido motivo de alegría y cumplimiento para las profesionales. La conexión evidente entre las progenitoras y los/as menores, fortalecida a lo largo del taller, refleja el éxito de las estrategias implementadas para fomentar los lazos familiares.
La jornada no solo cumplió con el propósito de conmemorar la importancia de la niñez, sino que también logró consolidar momentos significativos y afectivos entre progenitoras e hijas/os. Las expresiones de satisfacción manifestadas por las madres resaltan el impacto positivo de las actividades en el bienestar emocional y social de las familias participantes. El taller cumplió con las expectativas y superó las mismas al crear una experiencia enriquecedora y memorable para todos y todas.
Evelyn Holguin.
Verónica Dávila.
Zuleima Santana.