25N

La violencia contra las mujeres constituye una de las violaciones de derechos humanos más graves y habituales de cuantas se cometen en nuestra sociedad como en otras partes del mundo. La violencia sexual y la que se ejerce en el ámbito de pareja o expareja son, entre otras muchas, manifestaciones de la violencia que se ejerce contra nosotras, las mujeres, por el simple hecho de serlo. Dicha violencia se produce en todos los espacios y esferas de la interacción humana, siendo ejercida contra mujeres y niñas, tanto de manera individual como colectiva.

Aparte de las violencias que conocemos, el patriarcado va adaptándose a los tiempos que corren para no irse del todo de nuestras vidas, y es aquí cuando surgen las microviolencias o violencias sutiles, que no son más que conductas normalizadas en nuestra sociedad a través de  la educación, la cultura y el reparto de roles que, por ello, muchas veces, no somos conscientes de ejercerla o sufrirla. Por lo tanto, podemos decir que, en ocasiones, no es algo que se hace, sino que se deja de hacer.

Que el cuidado de personas menores y dependientes recaiga, la mayoría de las veces, sobre nosotras. Que seamos las que pedimos la reducción de horas de trabajo para ejercer este cuidado, dejando a un lado nuestros intereses y deseos. Que hayamos dado por sentado la doble jornada, donde trabajamos fuera y dentro de casa. Que incorporar el autocuidado sea un acto casi de protesta. Que tengamos en nuestra cabeza el peso de todas las tareas pendientes, citas médicas, reuniones, tutorías y horarios de todos los miembros de nuestra familia. La necesidad de tenerlo todo bajo control y la eterna culpa si se nos pasa algo. Todo esto también forma parte de lo que está debajo de las violencias de género, y son estructurales e institucionales. 

Podemos decir que la violencia de género es un problema social arraigado y, muchas veces normalizado en nuestros entornos. A veces, hasta se niega. Pero las cifras siguen ahí para recordarnos que esta violencia existe, y que todavía nos queda mucho que hacer: desde 2003 hasta ahora, 20 años después, se han asesinado a 1237 mujeres en España. En lo que va de año, hay 51 niñas y niños huérfanos por la misma causa, según el último informe del Ministerio de Igualdad1.

En este sentido, el 25 de Noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, sirve para denunciar y gritar por todas las vidas quitadas, y por las que se quedaron “a medio quitar”, por las que sobrevivieron y también para pedir de vuelta la libertad que se nos arrebató y de la que a día de hoy, seguimos sin gozar plenamente.

Aunque hayamos avanzado en el camino de la igualdad, tal y como decía Audre Lorde:

No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”.

Beatriz Gallego Chamorro

1 Fuente: Estadística de Víctimas Mortales por Violencia de Género. Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. Ministerio de Igualdad. https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/victimasMortales/fichaMujeres/2023/VMortales_2023_11_08.pdf

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